Te prometo
el aire caliente
entre los dedos,
toda la arena
que te quepa
en los bolsillos.
Te prometo una casa
de la que sólo existen
trazos en la tierra,
una casa
que no es mía
y no es de nadie.
Te prometo nombres nuevos,
como pólvora o
lindes del mar.
Te prometo que cada noche
ladrarán los perros.
Te prometo la frontera,
la vida de una gacela
a las puertas de la muerte.
Te prometo un juego
que se acaba.
Te prometo lluvias.
Te prometo el frío,
el viento,
la intemperie.
Borja
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