miércoles, 3 de junio de 2009

SEVILLA, UN DESTINO DE MI ALMA

Pisé Sevilla un 3 de marzo, en el 2003.
Cuando bajé del avión, lágrimas de emoción rodaban en mis mejillas.
Mi sueño se convertía en realidad.
Mentalmente, me arrodillé para besar mi tierra prometida, Andalucía.
Sevilla, un regalo andaluz para mi alma.
Un regalo deseado y preparado durante 3 años.

No venía de turista de paso captando futuros recuerdos con la cámara.
Humar, sentir, escuchar, impregnarme : todos mis sentidos estaban abiertos
para disfrutar este sueño.
Un camino de retorno a la tierra de mis antepasados que se convertiría en una estancia elegida desde el corazón.

El cielo de Sevilla tiene una luz y una transparencia especiales.
Me recuerda el cielo azul claro y limpio de Le Havre, mi ciudad normanda.
Un cielo luminoso y abierto al mar, fuente de inspiración de los impresionistas franceses.

En primavera, Sevilla se convierte en un jardín de flores de naranjos.
El perfume del azahar me embriaga y acompaña mis pasos por las calles.

El sol de abril es un sol tierno y sensual que acaricia mi vientre y mi pecho
cuando me adormezco por la tarde en mi azotea.
Mi cuerpo se nutre de ese calor suave, aliviando mi piel del recuerdo de la lluvia y del frío primaveral de Normandía.
¡Me siento hija del Sol!

En el puente de Triana, abrazo Sevilla entera de un golpe de corazón : ella y yo somos UNO.
¡ Sevilla tiene una energía especial !

Mis ojos no se cansan de descubrir los mosaicos, mandalas dibujados con tanto arte y delicadeza. Huellas visibles del Al-Andaluz en los patios, los balcones y los palacios.

¿Quiénes son esas caras que cruzo por las calles?
¿Árabes, españoles, libaneses, sirios? ¿ judíos, musulmanes, cristianos?
Una mezcla cultural que hacen de Andalucía una tierra mítica de convivencia intercultural.
Raíces del Al-Andaluz que se perciben en las palabras, la música, la cocina, las costumbres.

Aquí mi corazón ha vuelto a vibrar como una arpa acariciada por la música de las palabras andaluces.
Certeza del alma que aquí en Sevilla, en Andalucía, estoy en mi tierra, estoy en mi casa.


Aquí he descubierto las delicias de la lentitud.
Sentada a la terraza de un café, saboreo el tiempo que se desgrana si prisa,
tomando unas tapas y un tinto de verano.
Siento el calor que decelera y calma mi cuerpo,
como si todo el sentido de la vida se condensara en unos gestos mínimos.
El espacio y el tiempo disfrutados a cámara lento.
¡ Eso es Sevilla !

Risas y alegrías que suenan por las calles
Acompañadas de abrazos efusivos y cariñosos.
¡ Eso es Sevilla !

La voz entrañable de Antonio Mairena o de Camarón que me llegan de una ventana abierta.
¡ Eso es Sevilla !

Un patio abierto me sorprende y para mis andares, atraída por esa belleza intemporal y silenciosa de sol y sombra, dibujada por mosaicos y plantas cuidadas.
¡ Eso es Sevilla !

¡Mi Sevilla de sueños convertida en realidad encantadora durante estos 6 años de vivencia!




Sevilla, el 12 de mayo de 2009 – Adela Roldán

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